viernes, 7 de junio de 2013

Manifiesto por la verdad histórica y la libertad de expresión

Estimados amigos y amigas ,
 
A través de este mensaje solicitamos vuestro apoyo para el periodista Gerardo Rivas, quien por un artículo publicado en www.elplural.com en el que aludía al "amplio historial de crímenes contra la humanidad" de Falange, ve ahora cómo un juez ha admitido a trámite una denuncia del grupo fascista, quien afirma que a dicha afirmación la guía un "temerario desprecio a la verdad". 
 
No podemos permitir que este despropósito siga adelante. A tal fin, hemos elaborado un manifiesto que queremos que circule y sea conocido, de modo que un hecho tan lamentable como este no pase inadvertido ni pueda servir de base, de seguir la denuncia adelante, a otros casos similares. Al fin y al cabo, lo ocurrido a Gerardo Rivas no es sino un paso más en una historia que, por no remontarnos más atrás, empezó permitiendo que Falange participara como un grupo más durante una de las fases de la elaboración de la Ley de Memoria Histórica y que terminó con el bochornoso espectáculo de verlo personarse en la causa abierta al juez Garzón.
 
Estamos en contacto con el abogado defensor de Gerardo Rivas para que nuestra actuación revierta de manera positiva en el proceso judicial.  Se trata de conseguir el máximo de firmas de este manifiesto para hacer público, a ser posible mediante rueda de prensa, una semana antes de la citación ante el juez, prevista para el 25 de junio.
 
Decidnos si estáis de acuerdo en que vuestro nombre aparezca en el manifiesto y, en la medida de lo posible, hacedlo circular.
 
Saludos cordiales,
 
Francisco Espinosa Maestre y Santiago Vega Sombría


 Este manifiesto surge ante la imputación, provocada por una denuncia de Falange, del periodista Gerardo Rivas Rico por la publicación, el pasado 22 de marzo de 2012, de un artículo en www.elplural.com con el título “El vicepresidente de Gobierno de Madrid le pide el perejil a la hija de Franco”. En dicho texto se quejaba de la exclusión de Garzón de la judicatura y añadía:
“Cuando solamente –después vendrían las escuchas a los abogados de 'Gürtel' y los cursos de Nueva York– dos organizaciones, una, con un amplio historial de crímenes contra la humanidad y, la otra, un seudo-sindicato heredero de las esencias franquistas –Falange Española de las JONS y Manos Limpias– habían conseguido el beneplácito de la máxima instancia judicial –el Tribunal Supremo– para sentar en el banquillo al juez que intento acometer la investigación de los crímenes del franquismo”.

Por ello, los historiadores abajo firmantes quieren manifestar lo siguiente:

Se ha demostrado científica y suficientemente, a través de numerosas investigaciones  rigurosas, la implicación de Falange Española de las JONS (a partir de abril de 1937 Falange Española Tradicionalista y de las JONS) en la represión desplegada en la zona controlada por el Ejército sublevado desde el golpe de estado contra la democracia republicana hasta bien avanzada la posguerra, ya consolidada la dictadura franquista. Son los propios documentos oficiales (del Ejército, de la Guardia Civil, de la Policía y de la propia Falange) los que dejan evidencia de esa implicación. Estas tareas represivas de Falange afectaron durante años a miles de personas en todo el país. Esta es, por tanto, una verdad científica cimentada en decenas de investigaciones que no admite discusión.
Queremos mostrar nuestra más absoluta repulsa ante el hecho de que un periodista que constate una verdad histórica sea imputado por un juez que acepta la denuncia de Falange por buscar el “menoscabo del honor de Falange con vejaciones injustas, imputándole a FE-JONS, con temerario desprecio hacia la verdad, la comisión de delitos (…) para menospreciar y menoscabar públicamente la fama y el honor de dicha organización.”  Sería como si en Alemania un juez aceptara una denuncia del partido nazi contra un periodista o historiador que escribiera sobre los crímenes contra la humanidad cometidos por los miembros de su partido durante los años treinta y cuarenta. En definitiva, no se trata sólo de un ejercicio de libertad de expresión, reconocida por el art. 20 de la  Constitución, sino también del derecho a la verdad, difundida por historiadores y periodistas, y recibida por el resto de ciudadanos que tienen derecho a conocer lo sucedido en su propio país.

2 comentarios:

  1. Yo trabaje en un hogar de pensionistas, y oi historias de falangistas que a su lado la gestapo serian boy scouts

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  2. Gracias por contarnos, Antonio. Cierto es... Un abrazo.

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